“El punto de vista está íntimamente ligado a nuestro cuerpo por ser a través del cual
percibimos al mundo.”
~Gilles Deleuze
Te propongo dedicar 4 minutos a esta performance, si querés más. Evitá las distracciones externas, silenciá lo que puedas de tu alrededor, cerrá ventanas/puertas, apagá música o tv, etc.
Te recomiendo buscar ahora unos auriculares y tenerlos cerca, yo te voy a decir cuándo ponertelos. Respiremos. Te voy a compartir la mirada más cruda sobre mí.
En un principio te invito que leas el siguiente texto:
Desde que tengo más o menos 12 años que recibo comentarios sobre mi cuerpo. De cercanxs, no tan cercanxs, conocidxs, desconocidxs, etc. No dudo de haber recibido hermosos comentarios… pero los que se ubican ahí, entre cada pliegue, son los que dolieron. El permiso de hablarle a los pliegues, la creatividad para mal nombrarlos, la osadía de cuestionar su existencia, las recomendaciones para modificarlos. Varias veces incluso todo esto está envuelto en un paquete de cariño, interés y buenas intenciones.
La danza me ha acercado a mi cuerpo de un modo más saludable. Pero sigue siendo un esfuerzo constante y diario hablarme a mí misma y decirme que todo está bien; que este cuerpo, el mío, el que tiene más carne, que tiembla y sobresale, este cuerpo también es el de una bailarina.
En la palabra de la comunidad de la danza profesional abunda el discurso de la diversidad; en las prácticas, sigo buscando carnes como las mías.
Hay un ejercicio que aprendí a hacer cuando veo danzar los cuerpos, mi mirada toma otra perspectiva, se vuelve panorámica y disfruta de los dibujos que los cuerpos hacen en el espacio. Aprendí a mirar la danza sin mirar las carnes de quienes bailan, porque sé que si mi mirada se detuviera ahí mi danza podría también detenerse un poco.
Ese ejercicio no me sale mucho cuando me veo a mí misma.
Mi mirada sobre mí es filosa, me exige a mí misma acoplarme a los cuerpos que encuentro en las prácticas, hegemonizar mi carne para sentirme dentro de la danza. Demostrar con ella que mi cuerpo es saludable y se mantiene entrenado. No dejar espacio a la duda de mi práctica: “tengo el cuerpo fibroso, entonces danzo mucho y con técnica.”
Sigo recorriendo(me) en el hacer y aprender. Mis pliegues ya están marcados, ahora sólo me queda acariciarlos con todo lo que traen.
Entonces, me acaricio y me muestro.
Estos de acá
son mis pliegues
favoritos.
Ahora sí, ponete los auriculares por favor.
Te invito a que mires el siguiente video, todas las veces que quieras… miralo, podés opinar.
Abajo de él vas a encontrar un formulario. Te pido que me cuentes ahí qué ves, qué sentís cuando ves a la carne que baila. Los comentarios que reciba serán de manera anónima.
Sé sincerx, crudx, opinólogx, directx, poéticx, verdaderx.
GRACIAS
Ficha técnica
Autoría: Beli Rotela http://www.instagram.com/belirotela